Wednesday, July 21, 2010

LA LIBERTAD PARA ELEGIR LA FELICIDAD


El sentirse desanimado, miserable y deprimido es un cuento que podemos escribir una y otra vez si es eso lo que decidimos hacer. La depresión (a diferencia de la depresión clínica) es una actitud que puede convertirse en un hábito. La felicidad es también una actitud que puede convertirse en un hábito.

Hay un acertijo Zen maravilloso que reza algo así: Imagina que hay un ganso atrapado dentro de una botella. La botella tiene un cuello muy fino (supongo que lo llamaría una botella de cuello de ganso). El enigma es “¿cómo se saca el ganso de la botella sin herir el ganso o romper la botella?” La respuesta es sencilla (y no te hare meditar durante 20 años para averiguarla) – sacas el ganso de la botella de la misma manera que lo pusiste adentro.

Esto no quiere decir que la depresión es imaginario; porque sí lo sentimos de verdad. Pero, ¿es necesario mantenerla agarrada? Los estados de ánimo, sentimientos, emociones, dolor y placer son sólo ondas de pensamiento en la mente (a veces provocados por los cambios glandulares). A veces podemos controlarlos fácilmente, a veces no. Pero si hay que creer las filosofías de Patanjali y Vedanta, no importa los samskaras (patrones mentales) que hemos traído a esta vida, se pueden cambiar, del mismo modo que hacer nuevos canales en la orilla del río puede cambiar el curso de la corriente del agua. Cantar y meditar crean nuevas rutas para nuestra energía mental y emocional. Al usar estas herramientas sí tenemos el poder de elegir un camino agradable de alegría y felicidad en cualquier momento dado de nuestras vidas. No importa cuáles sean las circunstancias externas; es mi percepción que crea mi realidad.

La gente dice que quiere ser feliz, pero el problema es que muchas veces realmente no queremos soltar nuestra miseria. Triste pero cierto, hay una peculiaridad en algunos de nosotros (sin duda en el subconsciente) que nos hace pensar que hay algo que ganar por ser miserables y quejumbrosos. Tal vez la costumbre se inició en la infancia cuando recibimos atención – y por lo general gratificación inmediata – cuando llorábamos. Los bebés lloran cuando están mojados, hambrientos, cansados, o simplemente incómodos. Comprendemos que el llorar es la única manera que tiene un bebé de comunicar sus necesidades, así que nos apresuramos para confortar y consolarlos.

Ouspensky, el filósofo místico ruso, habló de los muchos sacrificios que la gente está dispuesta a hacer para embarcarse en un camino espiritual, pero dijo que hay una cosa que la gente se niega a renunciar: ¡su sufrimiento! Por supuesto que hay veces cuando la tristeza y el sufrimiento son casi inevitable; son una parte válida de la experiencia humana. Pero estos son – o deberían de ser – emociones transitorias que las reconocemos por lo que son –experiencias temporales. Pero cuando el ser miserable se convierte en un hábito, es entonces cuando tenemos problemas. La depresión es un hábito. Este se puede cambiar, al igual que todos los hábitos se pueden cambiar, mediante la sustitución de un hábito diferente.

La felicidad es un hábito de ver el mundo y uno mismo de la manera más positiva posible. Se trata de un esfuerzo repetido para encontrar la alegría y el placer, lo bueno de cada situación. Este hábito es alimentado por una actitud de gratitud. ¿Y qué si la gente te llama Pollyanna (persona de un excesivo optimismo, optimista empedernido)? El dicho “mal de muchos, consuelo es” no significa que tenga que unirse a la multitud.

Dios se define en la filosofía Vedanta como Sat-Chit-Ananda: Verdad, Conocimiento y Bienaventuranza. Así que cuanto más nos acercamos a la experiencia de Dios adentro, más felices nos hacemos. Una vez aceptada esta premisa, me encontré incapaz de regodearme en el marasmo de la auto-compasión en las ocasiones en que me había parecido justificado y apropiado para lamentar mi suerte.

Tuve que admitir que si me sentía miserable, fue por mi propia falla. Si yo me sentía miserable, quería decir que yo no estaba, obviamente, en contacto con mi alma. Si uso mi voluntad de ejercer mi poder de elección dado de Dios, ninguna circunstancia externa, persona o situación puede controlar las ondas de pensamiento en mi mente. Mirando el escenario de mi vida reproducido en la pantalla de televisión de mi mente, simplemente tengo que cambiar de canal.

Hace muchos años cuando yo estaba aprendiendo a aplicar los principios del pensamiento positivo, traté de cantar afirmaciones positivas una y otra vez, con las lágrimas corriendo por mi rostro, rumbo a un trabajo que odiaba. Como era de esperar, cambió mi percepción, y entonces mi humor. Recientemente leí un artículo que decía: “Si te pones una sonrisa en tu rostro cada día, no importa la circunstancia, tarde o temprano se ajustará.” Swami Vivekananda enseñó que si no puedes ir al encuentro del mundo con alegría, debes quedarte en casa y no contaminar la atmósfera con tu negatividad. Las sonrisas son contagiosas al igual que los ceños fruncidos.

Cuando conocí a Yogi Bhajan, me dijo, “Si quieres ser feliz, olvídate de ti mismo y sirve a los demás.” Y me dio una vía de servicio; me dio el privilegio de enseñar Kundalini Yoga. La enseñanza ha sido una de mis mayores alegrías. Como muchos de ustedes saben, el juramento de un Maestro de Kundalini Yoga es: “No soy una mujer, no soy un hombre, no soy una persona, no soy yo, soy un maestro.” Y esta afirmación de “olvidarse de uno mismo” hace la magia de permitirte ser un instrumento para dar esperanza e inspiración a los demás, así como para compartir una tecnología transformadora de vida. Y, por supuesto, esto te hace sentir maravilloso.

Adaptado de Aquarian Times, Invierno 2001

Shakti Parwha Kaur Khalsa fue el primer estudiante de Yogui Bhajan en los Estados Unidos. Ella ha enseñado Kundalini Yoga desde 1969. Es autora de Kundalini Yoga: El Flujo del Poder Eterno; Posturas y poesía Kundalini, y El Matrimonio en el Camino Espiritual: Cómo Dominar el Yoga Mayor.

Los siete pasos de Yogui Bhajan hacia la felicidad

La felicidad proviene del dar, y de tener una actitud de gratitud. La felicidad tiene que ver con ser como dioses. Eso no es pedir demasiado, ya que la identidad esencial de cada uno de nosotros es el Espíritu. Es por eso que aplican estos siete pasos a la Felicidad.

1. Compromiso

El primer paso es el compromiso. Comprometerse con la bondad y la compasión. En cada vida se supone que tienes que comprometerte. Es por eso que la palabra es con-promiso. Compromiso te da CARÁCTER.

2. Carácter

El carácter es cuando todas tus características – todas las facetas, los defectos, y los hechos – están bajo tu control. Yin y yang se reúnen allí, totalmente equilibrados. El carácter es un patrón de comportamiento en el que claramente puedes responder y comparecer ante tu propia conciencia. El character te da la DIGNIDAD.

3. Dignidad

La dignidad es cuando actúas como un dios para otro. La gente empieza a confiar en ti, a apreciarte, a respetarte. La dignidad te dará DIVINIDAD.

4. Divinidad

La divinidad es cuando la gente no tiene dualidad en ti. Tienen confianza en ti de inmediato. No tienen miedo de ti. La divinidad es cuando se te corre peligro a ti y a tu vida para servir a otra persona o una criatura. La divinidad te da la GRACIA.

5. Gracia

Donde hay gracia, no hay interferencia, no hay diferencia entre dos personas, no hay agendas ocultas. La gracia es cuando has desarrollado una presencia que funciona. La gracia te da el poder para el SACRIFICIO.

6. La facultad de Sacrificio

El poder de sacrificio es cuando Dios se sienta en tu corazón y preside en la cabeza. Puedes aguantar el dolor de otra persona. Ese sacrificio te lleva a la FELICIDAD.

7. Felicidad

La felicidad es cuando puedes ser agradecido por la oportunidad de ser estas siete cosas.

1 comment:

  1. gracias muchas muchas gracias.
    maravilloso artículo.
    me quedé con la imagen y ahora es mi foto de perfil :)
    abrazo de luz enorme!
    SAT NAM !

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